martes, 5 de febrero de 2008

La Oración del Solitario

Benditas noches de desvelo. Benditos rostros iluminados por un portátil. Bendita sensación de suciedad en la cama. Bendito silencio de la 1:45 a.m. Benditos gestos agridulces. Bendita sea la programación de los martes por la noche, con sus series ya vistas, y sus programas de entrevistas de formato tan falsamente canalla y tan gastado. Bendito deseo de dormir, y bendita imposibilidad de hacerlo. Bendita sensación de frío en las puntas de los dedos de los pies. Bendita sea la soledad. Bendito vacío existencial. Dios bendiga las partidas de solitario imposibles, de madrugada, y todas y cada una de las veces en las que te das cuenta que por muchas veces que busques por la baraja, la reina necesaria para terminar la partida esta debajo de ese inamovible seis de picas.

Dios bendiga la derrota y la resignación cotidiana ante la vida con nocturnidad y alevosía. Dios lo bendiga.

Texto: Pepe Ruiz

Música: Dos versiones. O silencio absoluto y ascetico, o un tema de Jeff Buckley llamado Hallelujah