miércoles, 19 de diciembre de 2007

caminito del olvido

Te suplico que no pienses más en eso, le repetía una y otra vez aquel hombre de la cara totalmente roja, no obstante enjuto y de cabeza severamente despoblada. Por favor.
No parecía tener autoridad ninguna, ni experiencia que transmitir, pero en su desesperación parecía desear realmente que aquel hombre se calmase. Era, en cierto modo, bastante patético. Su compañero volvía a la carga con las lamentaciones. No, no puedo, he de volver, mi hijo…
El hombre delgado, cada vez más sudoroso, negaba con la cabeza.
Tu hijo no tiene nada que ver en esto, tienes que dejarle hacer su vida, escúchame, tienes que dejarle en paz, le gritaba susurros roncos al hombre de pelo canoso que miraba a todos lados y se apretaba la cabeza, dejando entrever al menos 15 años de fumador.
El hombre del pelo canoso tenía la cara picada y por su cuello trepaba un tatuaje azulado, prácticamente oculto por su jersey de algodón exageradamente grueso.
Se rascaba la cabeza como si tuviese un gremlin arrancándole los pelos, muy agitado:
Pero es que tú no lo entiendes, no tienes ni idea, ¡Joder!
Sus dos figuras se agitaban violentamente en los asientos de plástico, mientras el vehículo crujía en cada curva.

Mi parada llegó cuando el hombre más pequeño, el calvo rojizo, se echó a llorar.

cucaracha homicida (tiempo y verguenza en su justa medida)

5 comentarios:

Eva B. dijo...

Empiezas a leerlo pensando que no es tan grave, acabas tirándote tú de los pelos, buscando cómo llegar al que ha escrito esto porque te apetece decirle ¡tú! y gritarle algún sinsentido torpe, porque torpe tú intentas averiguar cómo habría acabado esa historia, o aunque sea cómo habría empezado, y no lo consigues.

Lo leo y lo siento, es terrible, claro que lo es, pero es genial. A partes iguales. Y eso le hace a una volverse un poco tarumba

oye, estupendo
me ha gustado mucho, de veras

Eva B. dijo...

Días después me doy una vuelta por si acaso alguien opinó sobre tu relato, por si habíais escrito algo nuevo... Veo el título y suena en mi cabeza "caminito" de carlos gardel (sencillamente la he escuchado esta mañana, no es uno de esos grandes momentos).

Me gustó mucho releer tu relato. Mucho

Cucaracha homicida dijo...

La conclusión de todo esto es que es usted un cielo de esos azules despejados con un solete amable y un vientecillo tímido.
No estoy orgulloso del texto, lo admito, pide demasiado del lector cuando yo personalmente lo garabateé en un desquite, por rellenar.
Que haya alguien con tiempo y ganas de querer voltear las palabras y exprimir un sentido es algo que me abruma, como persona y como autor del texto.
El señor Poliakov me ha hablado de esto, de su hipersensibilidad. ¡Cuánta razón!
Que me aspen si no os quiero a los dos como se quieren los peces esos.

Ah... gracias. Y ya.

Anónimo dijo...

Cuánto amor y cuán de acuerdo estoy con el insecto de arriba.

Un sol sol cielo cielo hipersensible y no sólo eso, además, inteligente.

Sobre el texto he de decir que la primera vez mientras lo leía me decía: ¿y por qué esto así?
y al acabar se me escapó un: ¿y? (con la prosa soy un tanto exigente)

Pero con la segunda relectura pensé... podría ser el capítulo de un algo. Si buscas, tiene.

Un beso a los dos, o a los tres!

Oigo... el clic de una cámara de fotos, el silbido de un tranvía, una risa irónica y el revoloteo de un insecto...

pd: ¿quién va a ser?

Muaaaaaak!

Víktor Gómez Valentinos dijo...

A estas alturas, si digo lo que me gusta del texto puedo parecer snob y si solo paso y mando un abrazo, se diría que estoy en babia o que no se que decir, que tampoco es tan mentira.

En fin, que entre lo que el lector debiera saber e intuir, lo que la inteligencia sentiente de Eva cincela con manos de nayade o lo que resume Lu, sólo me atrevo a mandar mi sereno abrazo al canoso y otro más taponador de sollozos al calvito. Pero que corra el aire entrambos, no se vaya a pensar que...

Tu Viktor

(Dejé en mi blog algo para tí, Gari)