domingo, 20 de septiembre de 2009

Instintivamente se levanto del sofá intentando respetar el silencio sepulcral que el Domingo por la noche y sus circunstancias habían impuesto en el vecindario. Meó con tranquilidad. Bajo las escaleras y se metió en la cocina (tampoco era muy grande). Saco la ropa de la lavadora, la extendió sobre la mesa y la doblo clasificándola en la clasificación estándar para un posterior almacenaje en sus armarios: calzoncillos, calcetines, camisetas, jerséis, pantalones toallas y una esponja, en la que metió las narices para saber si ya se le había quitado el olor a ajo. Solo la pequeña luz de la cocina estaba encendida, ya que no quería despertar a las visitas (un viejo amigo dormía en su cama durante una semana, y todo el mundo tenía derecho a descansar). Comenzó entonces a fregar los platos, en silencio y con poca agua, dosificando el jabón, mientras realizaba una lista mental de aquello que faltaba en la casa: tomates, leche, jabón, una esponja para la ducha... detergente, tal vez zanahorias. Compraría también al día siguiente, porque no, dulce de leche, y aquellos postres árabes de color naranja. El ultimo plato quedo secado y colocado en su sitio. La ropa preparada para mañana. No podía hacer más de lo que había hecho.

Se tumbó en el sofá y miro a la pantalla del portátil, aun intranquilo. Si todo su universo se hubiese quedado dentro de aquellas 4 paredes, bastaría solo con frotar, secar, y comprar. Pero no. Había un universo ingobernable, inexplicable, y caótico, ininteligible, violento, carente de sentido y sentimientos, que se extendía durante la eternidad y hacia el infinito desde aquel lugar tan insignificante.

Pensó mandar noticias a la Isla, Estoy bien, pero luego cambio de idea y cerró los ojos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Mensaje (en una botella) recibido.

Vladimir dijo...

Sabes, el hecho de que no escriba demasiadoen el blog ultimamente ha creado un maravilloso ambiente familiar que no estoy dispuesto a corromper.

Si me hace el favor de mantener todo esto en secreto...

Humo Velado dijo...

Querido cucaracho!

celebro gratamente que escriba! ya que eso significa que esta bien allá donde esté...vamos que sige, al menos, vivito y coleando.

Espero que tu "aventura" este resultando todo lo emocionante que seguro esta siendo. Pienso cumplir en algún momento la amenaza de visita que hice un dia.

Aqui, como ya debes suponer, todo sigue como siempre...un poco más aburrido y triste en realidad.

un abrazo!

Sr. H.M. dijo...

Solemos cambiar de ideas y cerrar los ojos, aunque últimamente no tenga tiempo ni para tener ideas ni para cerrar los ojos.

un saludo, Vlad.

Vladimir dijo...

Es un placer veros pasar por casa Madmoiselle Humo y Monsieur Belanov.

Con franqueza, cada vez que un querido conocido comenta lo imagino entrando en una sala enmoquetada (eeso sera por Paris), a beberse algo calentito (eso sera el otoño).

Mi aventura progresa "Humo Velado", adecuadamente, lo unico es que ahora estoy atiborrado de medicamentos y jarabes en mi cama. Un mundo fascinante.

Y en cuanto a usted Fiodor, despues de leer Paris no se acaba nunca, me quedé con la teoría del iceberg de Ernest H. Es graciosa usarla.

Cucaracha homicida dijo...

¡Hej, hey! Maldita sea, ¡Casi pasa desapercibido este pequeño (por extensión) relato!

Qué sería de la Historia si empezasemos a tomarnos como serio lo que pudo ser y no fue.

Las noticias malas nos llegarán enseguida, túmbese en el Sofá parisil y alimente la leyenda. Por cierto, ¿Cómo es que he visto fotos tuyas por la facultad con un "Se busca"?

V dijo...

Mate a un hombre, Homicida, de hecho no estoy exiliado, sino mas bien profugo de la justicia.

Me harias un gran favor si las quitases de ahi, y buscases a Kike (o el señor de 3 cerebros) y le matases de mi parte.

Jonnhy Lee Hooker dice en una cancion, y puede que asi sea, "'m bad, I'm so bad, becouse i'm mad, like Jesse James".