lunes, 10 de septiembre de 2007

One minute to midnight


Es siempre el mismo sueño. La repetitiva, recurrente y asfixiante pesadilla que me asalta siempre que no me lo espero, acechándome en noches tan tranquilas como esta, en las que aparece sin ningún sentido para despertarme mientras grito en mitad de la noche. Es siempre tan real.... pero esta vez me mantendré en mi sitio y esperare a despertarme, disfrutando del espectáculo de mi inconsciente.

Lo bueno de soñar lo mismo tantas noches es que sabes lo que va a suceder inmediatamente. En primer lugar me encuentro en mi cama, desvelado en mitad de la noche, contemplando, como de costumbre, como entra la luz amarilla de las farolas por el tragaluz inferior de la ventana; admirando el juego de luces y sombras. Es algo que suelo hacer durante algunas crisis insomnes para quedarme dormido, mi particular forma de contar ovejas. Y hasta aquí todo marcha bien.

Pero de repente, soy incapaz de moverme, no puedo realizar ninguna clase de movimiento, es como una parálisis repentina. Primero intento mover los dedos de los pies, pero no puedo hacerlo, y luego intento incorporarme para ver si los tengo dormidos, pero es como si hubiera una superficie sólida e invisible que me impidiese doblar el cuerpo. Comienzo a perder la paciencia, y trato de dar patadas al aire, pero mis piernas están amarradas al colchón. Tampoco puedo mover los brazos ni los dedos de las manos. Fuera de mi, trato de gritar con todas mis fuerzas, pero algo mantiene mis dos filas de molares soldados entre si. Aun así grito, y solo emito un impotente mugido que no es capaz de llamar la atención de Blanca, que duerme en el cuarto contiguo. Mis pulmones se van quedando sin aire, me ahogo muy lentamente.

Aquí es donde generalmente me doy cuenta de que es un sueño, de que me he quedado dormido al revés, y en mi propio sueño intento darme la vuelta para respirar en el mundo consciente, aunque suelo despertarme antes de conseguirlo. Pero no esta vez, hace segundos que tendría que haberlo hecho. Algo va mal.

Una voz que sale de ninguna parte me susurra al oído: “idiota, esta vez no es un sueño”, antes de ser pasto de mi asfixia.

7 comentarios:

Luciérnaga dijo...

Joder, lo has clavado. A veces sueño eso, siento que he palmado, y te confundes, no sabes si lo real es eso o lo otro. Y cuando despiertas la duda sigue.

Anónimo dijo...

Magnífico.

Luna Miguel dijo...

one minute...
la canción de Justice!!!!

me gusta más thhhheeee ppaarrrtttyyy!


+ + +
kiss

Cucaracha Amarilla (Vladimir Poliakov) dijo...

efectivamente, justice, pero me temo que esta vez es un mal viaje...

Anónimo dijo...

:)
siento el mal viaje...
yo sigo con the party, eh!

Anónimo dijo...

Me encanta el final.

Anónimo dijo...

Hm... ¿Es el relato anterior el que está inspirado por el espíritu cortazariano? Lo digo por lo de llamar "viejo cascarrabias" al pobre hombre, que lo hacía lo mejor podía.

Aunque ahora que lo pienso, también podría ser este. También es deprimentemente senil.

En fin, no sé. En cualquier caso, están bien, y como decía alguien, ¡además son breves!