martes, 25 de septiembre de 2007

El Idolo

La muchedumbre se agolpa en las calles, colapsando el tráfico, de manera y con modos irracionales, en dirección a casa del ídolo. Gritan su nombre, se dejan llevar por la histeria colectiva. Los hombres beben y llevan grandes antorchas. Las mujeres, emperifolladas, agarran fuerte a sus hijos de la mano. Todos gritan. La turba esta descontrolada. Van a matarle.

El en cierta manera lo presupone, y bebe la última copa de su última cena. Sin entender el sentido de todo ello acepta su destino, porque sabe que él no es nadie sin su público.

Texto: Pepe Ruiz Andrés
Fotografía: Aída Quiensinó



3 comentarios:

Eva B. dijo...

Pues no entiendo por qué no te lo han comentado...
Es realmente bueno: " Los hombres beben y llevan grandes antorchas. Las mujeres, emperifolladas, agarran fuerte a sus hijos de la mano. Todos gritan". A mí me crea una imagen increíble, siento pánico, no lo entiendo, yo me habría escondido en un portal, habría cerrado puertas y ventanas, lo que fuera...

Es la Edad Antigua, tal vez la Edad Media hasta que: "Sin entender el sentido de todo ello acepta su destino, porque sabe que él no es nadie sin su público"

Hasta que descubres que esto último es lo que pasa hoy, a cualquiera, a todos, a dios y a ti, a mí y a leonardo da vinci, a van gogh y a alfonso guerra...

Sinceramente no entiendo por qué no te han escrito, son palabras bonitas para tus lectores, futuros y presentes, pasados...

pd: tú no estás muerto

Cucaracha homicida dijo...

Por que, generalmente, la gente no es dada a sacar significados intrínsecos de las cosas, joder ya.

Vivimos en una cultura de la imagen, poco hecha a eso de sopesar. Ya sabes. Sí, crea una imagen curiosa, quizá suene de algo. Se trata de una procesión no? Ah, me recuerda a mi pueblo.

Y ahí queda la cosa.

Por cierto, Pepe. Quizá no te des cuenta pero ahora mismo entre tú y yo hay dos bombones sajones. Sí señor.

Cucaracha Amarilla (Vladimir Poliakov) dijo...

tus palabras, como siempre a deshoras (que hay que ir a clase!), pero siempre sientan bien ,eva...

no me hecho a mi la culpa, he comprendido que aunque la gente no lo comente es un buen texto, pero en la vida hay lectores pasivos, "a la gente mascadito, pepe" como me acaban de comentar.

Les encanta darselas de que buscan literatura, de que conocen a gente nueva, les encanta, a muchos (no a todos), darselas de lo que no son, para luego acabar siendo lo son, invitablemente. Asi que en un texto raro, y extraño (como este, aunque no me parece el colmo de la extrañeza, yo se como me las gasto)no comentan.

Otros tal vez, hayan reflexionado sobre él, y no les diga nada. Disculpad no haberos citado en un primer momento. Otros tendrán vergÜenza de decir lo que piensan...

No lo se, no me importa mucho. No debo nada a nadie, ni debo de hacer mis textos comprensibles. No deben nada a nadie, y no tienen la obligación de comentar todo lo que leen, de formarse una opinión. Os aseguro que a los que os gusten las lecturas ligeras podeis dormir tranquilos. Pero creo que lo haceis perfectamente sin mi permiso.

Yo estoy satisfecho. Por eso lo he publicado. Eso es lo esencial.

En fin, un comentario agradable, una respuesta arisca, lo siento. Muy agradecido (aunque no sorprendido) de que hayas sido tu quien lo haya visto con tanta claridad.